CASA NAYAÁ

Nuestra Historia / Our History

Casa Naya’a es el sueño de una familia tradicional oaxaqueña. Orgullosos de sus costumbres y tradiciones, emprendieron el proyecto de restauración de la mano del arquitecto Joao Boto de Root Studio. Tenían muy claro que querían utilizar materiales y diseños que se identificaran con Oaxaca, pero de una manera única y diferente. La restauración de la casa llevó más de dos años.

Uno de los principales objetivos fue que los huéspedes que se hospeden en la casa, además de contar con una de las mejores ubicaciones en el centro histórico de Oaxaca, vivan una experiencia de diseño única. Por ello, el área de la sala y el comedor se han mantenido abiertos, permitiendo disfrutar del cielo de Oaxaca y de la luz única de la ciudad.

Naya’a es una palabra zapoteca que significa "verde", un color presente en las paredes de la casa a través de una técnica natural. El arte popular está presente en toda la casa, aportando identidad y carácter. La terraza ofrece una vista inigualable de las cúpulas de la iglesia de Santo Domingo, además de permitir disfrutar del verdor de las plantas que habitan en el Jardín Etnobotánico.

Casa Naya’a is the dream of a traditional Oaxacan family. Proud of their customs and traditions, they embarked on the restoration project alongside architect Joao Boto from Root Studio. They were very clear that they wanted to use materials and designs that reflected Oaxaca, but in a unique and different way. The restoration of the house took more than two years.

One of the main goals was to offer guests not only one of the best locations in Oaxaca’s historic center but also a distinctive design experience. For this reason, the living and dining areas have been left open, allowing guests to enjoy the Oaxacan sky and the city’s unique light.

Naya’a is a Zapotec word that means "green," a color that is present on the walls of the house through a natural technique. Folk art fills the space, creating a vibrant and authentic atmosphere. The terrace offers an unparalleled view of the domes of the Santo Domingo Church, as well as the lush greenery of the plants thriving in the Ethnobotanical Garden.